El Instituto Grattan, un grupo de expertos en Australia, se ha sumado al debate sobre el juego en este país. Los australianos han sufrido algunas de las mayores pérdidas en apuestas y las opiniones están divididas en muchos temas.
El tan discutido embargo a los anuncios de apuestas en televisión casi se promulga, pero el ensayo de apuestas sin dinero en Nueva Gales del Sur fracasó, generando polémica y rechazo de los líderes de la oposición. Ahora el Instituto Grattan cree que existen métodos para proteger a los consumidores.
En su informe, el Instituto propone que instaurar un límite obligatorio de pérdidas sería el mejor modo de proteger a los jugadores y el gobierno debe tomarse en serio esta posibilidad si quiere lidiar de manera efectiva con el daño causado por las apuestas. Se debería implementar un límite de pérdida propuesto de 500 dólares australianos tanto en las máquinas de póker como en las apuestas en línea, bloqueando de inmediato a los jugadores a menos que puedan demostrar que pueden permitirse seguir jugando y sufrir pérdidas mayores.
Este límite ha sido objeto de debate en otros países como Suecia, el Reino Unido y Alemania, donde muchos han argumentado que esta medida viola la privacidad de los jugadores y complica el proceso de registro. La Comisión de Apuestas del Reino Unido ha asegurado que sus «controles de asequibilidad» no añadirán fricción al proceso. El Instituto Grattan también sugiere que esta medida debería formar parte de un enfoque múltiple que incluya la prohibición de los anuncios de apuestas.
Según el Instituto, el adulto australiano promedio pierde al año $1,635 dólares australianos en apuestas, muy por encima de los $809 reportados en Estados Unidos o Nueva Zelanda, donde las pérdidas por adulto son de solo $584.
Aruna Sathanapally, la líder del Instituto Grattan, insta al gobierno a buscar una solución y no temer actuar con decisión. Destaca los riesgos que las personas corren al caer en deudas y daños relacionados con el juego: «Los juegos de azar están diseñados para ser adictivos y las consecuencias pueden ser desastrosas: pérdida de empleo, bancarrota, rupturas familiares, violencia doméstica, incluso suicidio».
A pesar de algunas medidas vigentes, ha habido críticas a la indecisión del gobierno. Un programa nacional de autoexclusión ha sido un éxito y la implementación de la prohibición de tarjetas de crédito se está llevando a cabo. Sin embargo, datos del Reino Unido sugieren que la prohibición de tarjetas de crédito no necesariamente detendrá a las personas que más necesitan protección.
Para Sathanapally, los límites de pérdida serían una salvaguarda adicional y pidió al gobierno considerar la protección de las personas para evitar que pierdan su casa o vida jugando en máquinas de póker.
El informe está meticulosamente estudiado y puede servir para que los legisladores tomen decisiones mejor informadas, aunque difíciles.
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