En una movida estratégica que ha intensificado la rivalidad local, los funcionarios de la ciudad de Peoria están abogando agresivamente para que Boyd Gaming traslade su casino desde East Peoria a una nueva instalación terrestre dentro de su jurisdicción. Este proyecto es parte de un esfuerzo más amplio para atraer una considerable actividad económica y turística a la ciudad de Illinois. La iniciativa, que se hizo pública tras una solicitud de la Ley de Libertad de Información presentada a la ciudad de Peoria, ha sido objeto de atención de los funcionarios de East Peoria, según revelan fuentes.
El alcalde de East Peoria, John Kahl, expresó su descontento en una correspondencia con la alcaldesa de Peoria, Rita Ali. En su mensaje del 22 de julio, Kahl mostró decepción por las acciones de Peoria para atraer al casino a su localidad, evidenciando una clara tensión en las relaciones entre las dos ciudades.
Las raíces de esta controversia remontan a 1991, cuando Peoria y East Peoria llegaron a un acuerdo relacionado con las operaciones de juego. Inicialmente, Peoria fue sede de los juegos de azar en barcos fluviales como medida temporal, lo que allanó la senda para una instalación permanente en East Peoria. En 2019, los cambios legislativos de Illinois facilitaron la creación de casinos en tierra, reforzando las disposiciones del acuerdo de 1991 mediante nuevas leyes estatales. Esto ha motivado a los funcionarios de Peoria, quienes en últimas reuniones con Boyd Gaming, enfatizaron la rentabilidad y el atractivo turístico de un casino en tierra en Peoria.
Por otro lado, el alcalde Kahl ha criticado abiertamente el enfoque adoptado por Peoria, temiendo posibles impactos económicos y comunitarios para su ciudad. Defiende que la agresiva actitud de Peoria para traer el casino a su territorio ignora el espíritu de cooperación que ha existido por largo tiempo entre ambas ciudades.
El futuro del casino Par-A-Dice sigue siendo incierto mientras aumentan las tensiones entre las ciudades vecinas. Los funcionarios de Peoria confían en su propuesta y ven en el acuerdo de 1991 un respaldo para su causa.
Argumentan que un casino en tierra en Peoria no sólo se alinea con los acuerdos históricos, sino que también promete importantes beneficios económicos para la urbe y sus habitantes.
Sin embargo, todo permanece abierto, con ambos municipios aspirando a lo que consideran una resolución equitativa que respete los acuerdos pasados mientras se adaptan a la cambiante situación económica. El desenlace de esta disputa intermunicipal, sin duda, afectará la economía regional y la cooperación entre las dos ciudades de Illinois..