El ex campeón de UFC en la división de peso pesado (hasta 120 kg), oriundo de Camerún, reveló que sospecha que los organizadores de su combate de boxeo con un famoso púgil británico lo envenenaron, lo que resultó en su derrota.
“Todo comenzó en los días de media. Me asignaron un horario, pero llegaba y aún no había nada preparado. Eso pasó más de una vez. Tenía que esperar horas para ciertos eventos y conferencias. Me agotaba tanto psicológica como físicamente. El día de la pelea también hubo irregularidades. Llegamos al estadio a las 22:45, pero el productor se acercó a nosotros y nos informó que la transmisión se demoraría y que la pelea comenzaría aproximadamente a la 1:45. Me quedé en el vestuario, estaba caliente, bebía agua y casi me quedo dormido. Alrededor de las 1:30 vi a Joshua llegar al estadio. No podía haber llegado a esa hora si la pelea estaba programada para la medianoche o la 1:45, como me habían dicho. La pelea comenzó a las 4. Pero todo el tiempo me sentía mal. En el primer round recibí un golpe, pero era débil y fue amortiguado por mi guante. Pero tan pronto como me encontré en la esquina y escuché las voces de mis segundos…
Las voces parecían venir desde millas de distancia. Creo que todo se debió al agua. Los organizadores trajeron el agua. Cometí un gran error al beberla…
Pero cuando llevas mucho tiempo en el vestuario, llega alguien para hacer un análisis de orina, y empiezas a calentar y transpirar, es inevitable que bebas agua… Conozco a muchos luchadores que dicen que siempre traen su propia agua y no beben lo que los organizadores les proporcionan. Y ellos no luchan incluso a un nivel tan alto… No imaginaba que podía encontrar tanta malicia en el boxeo”, según las palabras de Ngannou citadas por la revista Allboxing. La pelea entre Ngannou y Joshua terminó en el segundo round, con Anthony enviando a Francis a la lona.
Ngannou recibió $20 millones por la pelea. Los organizadores del combate fueron Matchroom Boxing de Eddie Hearn y Queensberry Promotions de Frank Warren..