El fútbol para ciegos es a menudo fuente de momentos inolvidables en los Juegos Paralímpicos. Es habitual ver extraordinarios vídeos de jugadores demostrando una increíble coordinación y habilidad, deslizándose entre equipos completos para marcar goles en torneos anteriores. Se espera que en París suceda lo mismo.
Incluido por primera vez en los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004 y presente en cada edición desde entonces, Brasil ha sido, como es de esperar, el equipo a superar, ganando el oro en todas las competiciones hasta la fecha. El excepcional gol en solitario de Nonato en la final en Tokio hace tres años otorgó a la Seleção una estrecha victoria de 1-0 sobre su gran rival, Argentina, manteniendo su récord del 100%. Argentina ha sido la competición más cercana de Brasil a lo largo de los años y ha llegado al podio de fútbol para ciegos en todas las ocasiones, excepto en Londres 2012.
El fútbol para ciegos comenzó como un juego escolar para niños con discapacidades visuales. La Federación Internacional de Deportes para Ciegos (IBSA) lo popularizó. En los Juegos Paralímpicos solo hay torneo masculino. Cada equipo consta de cinco jugadores: cuatro de campo y un portero. Los jugadores de campo deben clasificarse como «B1», que indica que tienen una «agudeza visual muy baja y/o ninguna percepción de la luz», pero todos ellos deben usar parches oculares y antifaces, ya que algunos pueden ver más luz y sombras que otros. Los porteros, por otro lado, tienen vista completa o parcial y proporcionan una comunicación vital a su equipo en defensa, aunque deben permanecer dentro del área pequeña y restringida alrededor de la portería.
Los partidos duran 40 minutos divididos en dos mitades de 20 minutos, mientras que en el fútbol convencional, los partidos duran 90 minutos en tiempo reglamentario con dos mitades de 45 minutos. En el fútbol para ciegos, el campo mide 40m x 20m, mientras que en el fútbol FIFA mide aproximadamente 105m x 68m.
Es interesante señalar que, a diferencia del rumor y la emoción que caracterizan a los partidos de fútbol tradicionales, en el fútbol para ciegos, los espectadores deben permanecer en silencio durante el juego para que los jugadores puedan oír la pelota, que tiene cascabeles cosidos y es de tamaño tres, más pequeña que la de tamaño cinco utilizada en el fútbol convencional.
Además, para agilizar el juego, se han instalado tableros alrededor del campo para evitar que la pelota salga del campo. Los jugadores deben gritar «voy» en español cuando van a hacer una entrada. Si se acumulan cinco faltas en una mitad, se concede un penalti por cada falta subsiguiente.
Para participar en los Juegos Paralímpicos, los atletas deben estar clasificados como B1. ‘B’ significa ciego y ‘B1’ incluye a aquellos con «muy baja agudeza visual y/o ninguna percepción de la luz». Sin embargo, todos los jugadores deben usar antifaces. El portero puede tener vista completa o estar clasificado como B2 o B3.
Su función incluye orientar a los jugadores y parar los disparos..